Acabo de llegar a la ciudad, después de un viaje de dos horas desde el pueblecito en el que vivo, hemos venido a hacer compras, tareas administrativas, familia, etc. Entre una tarea y otra me queda un buen rato, así que no voy a hacer nada o mejor dicho “voy a la calle” pero sin objetivos, sin destino, sin escaparates, sin cafeterías, sin apurarme en los semáforos y desde luego sin móvil.
No quiero que pase mi tiempo sin enterarme, que sea un tiempo de espera, como me pasa tantas veces, o un tiempo en el que aprovecho para meter cosas en la cabeza e ir pensando, como una forma de entretenerme entre las múltiples cosas que hoy me he impuesto “hacer”.
Quiero estar conmigo y con la gente, entre los míos. Mirar a las personas. Solo eso, mirar a los ojos y que alguien te devuelva la mirada. Consciente de mí paso, ralentizado al máximo, y focalizado en los que tengo enfrente.
Estoy seguro que todos y todas hemos hecho esto alguna vez, quizá involuntariamente, las más de las veces sin que sea un acto volitivo, no sé si la sensación de paz, tranquilidad y de intemporalidad es la misma.
Pero de lo que sí estoy seguro es que esto nos pasa con más frecuencia a las personas que vivimos en lugares pequeños, con poca gente, en fin de pueblo, quizá por el deseo de que alguien nos mire y salude, como hago yo todas las mañanas con mis vecinas ¡ y Dios me libre de no hacerlo!
Para terminar, decir que esta práctica no podría hacerla sin antes detenerme físicamente y mentalmente, caminando despacio, derecho, siendo consciente de mis pasos y postura, la cabeza levantada y si es posible con un esbozo de sonrisa. Es muy posible que al poco me haya serenado, mi mente sin pensamientos y mi cuerpo diferente como descansado a pesar del ejercicio físico.
Subrayo estas palabras y me sirven de referencia porque son las que utiliza Thich Nhat Hanh para hablar sobre la plenitud de la vida y la práctica de la meditación caminando a la que era tan aficionado.
¡Nos vemos….en la calle!
Fernando de Frutos
Me gusta pasear por la calle atenta a lo que ocurre a mi alrededor, cruzarme con retazos de conversaciones entrecortadas, miradas furtivas, a veces curiosas , a veces esquivas … y entre tanta gente con la que te cruzas misteriosamente siempre alguien que te llama poderosamente la atención, es como si nuestros universos se cruzaran por unos instantes y me pregunto como sera su vida? sera feliz? cuales son sus aficiones, sus gustos o sus manías? … no se es una sensación curiosa … porque me ha llamado la atención esa persona y no otra? … alguna vez algún extraño habrá fantaseado con mi vida… y si es así como me habrá imaginado?
Un abrazote Fer .